Una gran figura de la canción romántica se retira de los escenarios y Tucumán es una de las paradas que eligió para despedirse del público. El viernes 14, en el salón 9 de Julio del hotel Sheraton, Dyango (hoy cumple 74 años) cantará los éxitos que durante décadas lo mantuvieron al tope de las preferencias.
Originalmente el recital estaba programado en el club Floresta, pero ayer se confirmó el cambio de escenario. Un espacio con capacidad para 1.300 espectadores albergará al catalán y a sus fans. Las entradas se venden en Su Crédito (San Martín 850) y con distintos valores: $ 500, $ 400, $ 300 y $ 200.
“Gracias y adiós” se titula la gira con la que Dyango cierra una etapa: la de los tours por todo el mundo, al cabo de 47 años en la ruta. De allí que el repertorio está conformado por todos sus hits. Los otros países incluidos en este recorrido son Chile, Uruguay, Bolivia, Perú, Colombia, Ecuador, República Dominicana, Paraguay, Costa Rica, Panamá, Venezuela, México, Guatemala, El Salvador, Nicaragua y Estados Unidos.
“Siento la necesidad de dejar los escenarios porque la edad no perdona y he llegado a un punto en el que estoy esperando la jubilación”, confesó Dyango durante una distendida charla con Télam. “Decidí abandonar estos viajes eternos que he hecho durante 47 años, pero no la música porque ella es imposible de dejar -agregó-. La música es tan tentadora y tan hermosa que no hay modo de abandonarla y por eso me quedaré con las grabaciones que también me hacen mucha ilusión”.
Subido a ese desafío que lo espera después de la gira de despedida anunció: “lo que voy a hacer en un futuro en el que no voy a dejar mi canción, es intentar ser lo más sencillo del mundo. He cantado siempre con maravillosas y grandes orquestas, pero a partir de ahora me gustaría ser solamente una voz y un piano en el estudio”.
Dyango siempre destaca los lazos que lo unen con el público argentino. “Este fue el país en el que con veintipico de años me permitió obtener mi primer Disco de Oro -apuntó-. Desde aquel entonces hasta ahora mi gratitud ha sido inmensa”.
Ligado también por su pasión tanguera y su fecunda amistad con Roberto “Polaco” Goyeneche, Dyango repasó: “he vivido de todo junto a ustedes: el Rodrigazo, los milicos, los cacerolazos y también las alegrías de un país fantástico”.
Trompetista de formación jazzera, fiel a sí mismo y a sus numerosos fans, Dyango celebra que todo ha sido positivo en su carrera. “Me dediqué por entero a la música y fui aceptado sin haber sido guapo ni alto”, comentó con una sonrisa. Y en busca de alguna razón para ese suceso que atravesó los tiempos y las modas, deslizó: “según me han dicho, siempre he sido un cantante que se entregó en cada tema y el público lo ha sabido valorar”.
“Gracias y adiós” se produce en el momento indicado, con Dyango a pleno. “Puedo estar orgulloso de que a mi edad las facultades están intactas y el cantar no se me ha olvidado -sostuvo-. Lo más importante es saber decir cada canción, porque si cuentas con una voz hermosísima pero que no transmite cosas, eso no tiene ningún sentido”.